El divorcio es un proceso legal que pone fin y disuelve el matrimonio, pero la forma en que se lleva a cabo puede variar considerablemente según la relación entre las partes implicadas y su disposición para llegar a un acuerdo. De este modo, el divorcio puede tramitarse de dos formas: de mutuo acuerdo y contencioso. Ambos tipos de divorcio tienen características, ventajas y desventajas que conviene conocer antes de tomar una decisión. En este artículo, analizaremos las diferencias entre estas modalidades y las implicaciones legales de cada una.

¿Dónde se regula el divorcio?

En España, el divorcio está regulado en el Código Civil (CC). Tras la reforma introducida por la Ley 15/2005, establece que el divorcio puede solicitarse sin necesidad de alegar causa alguna, con el único requisito de que hayan transcurrido al menos tres meses desde la celebración del matrimonio. Sin embargo, no es necesario que trascurra este plazo cuando se acredite la existencia de un riesgo para la vida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o libertad e indemnidad sexual del cónyuge que solicita el divorcio o de los hijos, como dispone el artículo 81 del CC.

El artículo 86 del CC determina los dos tipos de divorcio que existen: el de mutuo acuerdo y el contencioso, según se logre un consenso entre los cónyuges o, por el contrario, uno de ellos lo solicite unilateralmente.

Independientemente del tipo de divorcio por el que se opte, es importante recordar que el convenio regulador o la sentencia judicial deben respetar los derechos de los hijos, en caso de haberlos, garantizando su bienestar y cubriendo sus necesidades económicas. La pensión alimenticia y la custodia compartida o exclusiva son aspectos que se deben resolver en función de lo que sea más beneficioso para los menores.

Divorcio de mutuo acuerdo

El divorcio de mutuo acuerdo, como su nombre indica, es aquel en el que ambos cónyuges están de acuerdo en poner fin al matrimonio y, además, en las condiciones que regirán su separación, como la custodia de los hijos, el régimen de visitas, la pensión alimenticia, la división de bienes, entre otros aspectos. Este tipo de divorcio puede tramitarse ante el juez o notario, siempre que no haya hijos menores de edad no emancipados o con capacidad modificada judicialmente que dependan de los padres. Si hay hijos menores, el juez debe garantizar la protección de sus intereses.

¿Qué ventajas tiene el divorcio de mutuo acuerdo?

  1. Mayor rapidez

    El divorcio de mutuo acuerdo es mucho más rápido que el contencioso. Al existir consenso entre las partes, el trámite judicial se limita a la homologación del convenio regulador por parte del juez, lo que puede reducir el tiempo del proceso a unos pocos meses.

  2. Menor coste económico

     En general, este tipo de divorcio resulta menos costoso porque los cónyuges pueden compartir abogado y procurador, lo que reduce considerablemente los honorarios legales. Además, al ser un proceso más corto, los costes de tiempo y recursos también se reducen.

  3. Menor conflicto emocional

    Al haber acuerdo entre las partes, el proceso es menos conflictivo, lo que facilita mantener una relación cordial entre los cónyuges, algo especialmente importante si hay hijos de por medio. La capacidad de diálogo y negociación puede ser beneficiosa para el bienestar emocional de todos los involucrados.

  4. Flexibilidad en las decisiones

    Al ser los propios cónyuges quienes deciden los términos del divorcio en lugar de un juez, tienen mayor control sobre aspectos clave como la distribución de bienes, la custodia de los hijos o la pensión alimenticia. En este caso, como ya se ha apuntado, la supervisión judicial es clave para garantizar que se respeten los derechos de los menores, si los hubiera.

¿Qué desventajas tiene el divorcio de mutuo acuerdo?

  1. Requiere consenso

     La principal desventaja del divorcio de mutuo acuerdo es que ambas partes deben estar dispuestas a negociar y llegar a un acuerdo. Si uno de los cónyuges no está dispuesto a ceder en ciertos puntos, será imposible optar por esta vía.

  2. Posibilidad de concesiones injustas

     En algunos casos, uno de los cónyuges puede ceder más de lo que debería para evitar el conflicto o acelerar el proceso, lo que puede resultar en un convenio regulador desfavorable.

  3. Homologación judicial

    Aunque las partes acuerden todos los términos, el convenio regulador debe ser aprobado por un juez, quien velará por que el acuerdo no perjudique a ninguna de las partes, especialmente a los hijos. En caso de que el juez considere que alguna cláusula no es adecuada, puede rechazar el convenio y pedir modificaciones, lo que podría alargar el proceso.

Divorcio contencioso

El divorcio contencioso se produce cuando los cónyuges no logran ponerse de acuerdo en los términos del divorcio, ya sea sobre la custodia de los hijos, la pensión alimenticia o la distribución de bienes, entre otros aspectos. Es el juez quien tomará las decisiones sobre las cuestiones relativas al divorcio, basándose en las pruebas presentadas por ambas partes.

¿Qué ventajas tiene el divorcio contencioso?

  1. Decisión imparcial

     Si las partes no logran llegar a un acuerdo, el juez tomará una decisión imparcial basada en la normativa vigente y en el interés de ambas partes, así como en el bienestar de los hijos menores, si los hubiera.

  2. Protección de derechos

    En situaciones donde existe un claro desequilibrio de poder o abuso, el divorcio contencioso puede ser una vía para proteger los derechos del cónyuge más vulnerable. El juez, tras analizar las pruebas, dictará una sentencia que busque equilibrar los intereses de ambas partes.

  3. Resolución de disputas

    Cuando las partes no pueden ponerse de acuerdo sobre aspectos cruciales, como la custodia de los hijos o la liquidación de bienes, el juez tomará una decisión que resuelva estas disputas de manera objetiva.

¿Qué desventajas tiene el divorcio contencioso?

  1. Mayor duración

     El divorcio contencioso suele ser un proceso largo. Al no haber acuerdo entre las partes, es necesario presentar pruebas y alegatos ante el juez, lo que puede extender el proceso durante meses o incluso años.

  2. Mayor coste económico

    Al ser un procedimiento más largo y complejo, los honorarios legales tienden a ser más elevados. Además, cada cónyuge deberá contratar su propio abogado y procurador, lo que incrementa los gastos.

  3. Mayor tensión emocional

     El conflicto entre los cónyuges suele intensificarse durante un proceso contencioso, lo que puede generar un ambiente de tensión y estrés tanto para las partes como para los hijos. Esta situación puede tener consecuencias negativas a largo plazo, especialmente en las relaciones familiares.

  4. Decisiones impuestas

    A diferencia del divorcio de mutuo acuerdo, en el divorcio contencioso es el juez quien decide sobre aspectos fundamentales como la custodia de los hijos o la distribución de bienes, lo que implica que ambas partes pierden el control sobre el resultado final.

Entonces, ¿cuál es la mejor opción?

La elección entre un divorcio de mutuo acuerdo o un divorcio contencioso depende en gran medida de la relación entre los cónyuges y su capacidad para llegar a acuerdos. Mientras que el divorcio de mutuo acuerdo ofrece rapidez, ahorro económico y menos conflictos, el divorcio contencioso es necesario cuando no se logra el consenso, aunque conlleva mayores costes y un proceso más largo.

En cualquier caso, es importante contar con el asesoramiento de un abogado especializado que guíe el proceso y asegure que se respeten los derechos de todas las partes implicadas.